“Adiós Consuelo, te fuiste del valle y a todo el mundo le dejas tu historia; que Dios te tenga rodeada de ángeles, allá en el cielo colmada de gloria”.
Con estas emotivas palabras de la canción ‘Consuelo’ de Diomedes Díaz, recordamos a ‘La Cacica’, una figura emblemática de nuestra cultura vallenata.
Fue un 1° de agosto de 1940, en el que Valledupar vio nacer a Consuelo Inés Araujo Noguera, una figura cuyo legado trasciende generaciones. Hija de Santander Araújo Maestre y Blanca Noguera Cotes, Consuelo desde joven se dedicó a la música vallenata, convirtiéndose en una investigadora, escritora y promotora que llevó esta rica tradición a niveles internacionales.
Hoy, en el aniversario de su nacimiento, recordamos no solo su impacto como política, escritora y gestora cultural, sino también su rol crucial en la creación del Festival de la Leyenda Vallenata, junto a Rafael Escalona y el expresidente Alfonso López Michelsen.
Su hija, María Mercedes Molina Araújo, recuerda a su madre con gran afecto y admiración, destacando su resiliencia y optimismo ante las adversidades. A pesar de su prominente papel público, Consuelo Araujo Noguera también era una mujer de hogar, disfrutando de tareas como cuidar su jardín, estudiar sobre botánica, y dedicarse a la cocina, siempre preocupada porque su familia viviera cómoda y feliz.
Estos momentos íntimos en su vida revelan otra faceta de esta grande de la cultura que refleja a una mujer centrada y llena de virtudes, cuyo amor por la cultura vallenata y la familia sigue siendo una fuente de gran inspiración para muchos.