Luis Alonso Colmenares Rodríguez
A propósito de la transmisión de mando que finalmente se llevó a cabo el sábado anterior, no es la naturaleza del nombramiento del nuevo ministro, ni la barrida a unos cincuenta generales para la integración de la nueva cúpula, como tampoco el desplante por el aplazamiento de la transmisión de mando, lo que más debería llamar la atención de las relaciones del presidente Petro con las fuerzas armadas, a pesar de haber sido lo que más trascendió en los medios y comentaron los opinadores del país.
Lo que debería parecer más importante es lo dicho en la ceremonia de reconocimiento de las tropas y transmisión de mando de la nueva cúpula, en el sentido de que las Fuerzas Armadas de Colombia deben prepararse para ayudar en el proceso de industrialización del país, crear más empresas como Satena e internacionalizarlas, promover la generación y transferencia de conocimiento para que también ayuden a resolver los problemas de la gente.
En Colombia las Fuerzas Militares tienen justificación constitucional en el artículo 217 en el sentido de que La Nación tendrá para su defensa unas Fuerzas Militares permanentes constituidas por el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea y tendrán como finalidad primordial la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y el orden constitucional.
Y esa misión constitucional se cumple a través del personal vinculado a las fuerzas, pero también con un conjunto de empresas que suministran bienes y servicios, entre las cuales se destacan la Corporación de la Industria Aeronáutica, Hospital Militar Central, InduMil, Cotecmar, entre otras.
De tal manera que la solicitud del presidente va en dirección de que las fuerzas armadas, además de apoyar a las funciones misionales, operativas y tácticas, también participen como fuente de innovación y evolución del conocimiento, incluyendo la experiencia adquirida por soldados, suboficiales y oficiales durante el conflicto interno, pero claro, también por parte de las empresas que forman parte de la estructura del sector defensa.
En tal sentido, es necesario empezar a organizar el personal de las fuerzas armadas para poner a funcionar ese conocimiento, incluyendo al personal de la reserva, llevando a cabo avances en el campo científico-militar-social. Es claro que los ejércitos se desarrollan en tiempos de paz.
Es que en efecto toda esa cantidad de hombres y mujeres que actualmente integran las Fuerzas Armadas de Colombia, muchos con talentos reprimidos, bien podrían dedicar buena parte del tiempo a la creación de conocimiento a través de la investigación científica para mejorar la calidad de vida de los colombianos.
No es que sea una propuesta novedosa para el mundo porque ya existen ejércitos en otros países, como por ejemplo Estados Unidos y el Reino Unido, que están funcionando a partir de la innovación y evolución de las ideas. Los mayores desarrollos del internet salieron del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Y el ejemplo más claro de todos es Israel, cuyo ejercito es innovador con soluciones a la calidad de vida de la gente del mismo país y del mundo. Pero también están los casos de Suecia y Singapur, que han orientado una dinámica de materialización de las ideas para aportarle a la evolución del conocimiento y de la ciencia.
Es cierto que son grandes potencias, pero también es cierto que esas fuerzas armadas están conformadas por seres humanos igual que nosotros, sin más ni menos neuronas, con capacidades iguales. Solo nos diferencia que ellos tienen claro hacia dónde quieren ir, y quizás menos corrupción, lo que hace que haya mejor calidad de vida.
Está demostrado que la innovación es la variable socioeconómica que estará liderando el desarrollo de los países en las próximas décadas, y es imperativo que diferentes espacios del sector privado sean vinculados a este propósito para que la innovación cruce la economía de manera transversal.
Este concepto no deberá verse frenado ni estancado por la burocracia; por lo cual, debe plantearse un modelo de innovación accesible para que, al mismo tiempo, el personal de las fuerzas militares se pueda emplear en aportar soluciones económicas, industriales, académicas, comerciales y de seguridad para la nación.
Y como dijo el filósofo de La Junta: Se las dejo ahí... @LColmenaresR